No lo dejes para mañana

¿Hace cuánto no visitas a tu óptico-optomestrista? Ahora que estamos en época de descanso y vacaciones veraniegas, puede ser un buen momento para chequear tu salud visual. Sin duda, tus ojos te lo agradecerán.

Al igual que en el resto de las partes del cuerpo, la prevención es clave para que nuestros ojos sigan funcionando correctamente durante el mayor tiempo posible. Un sencillo reconocimiento se puede convertir en nuestro principal aliado para conservar nuestro sentido más importante.

Por medio de un examen visual, podemos determinar si padecemos algún defecto refractivo, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, y además observar indicios de anomalías que afectan a nuestra salud ocular, como las cataratas o las deficiencias visuales de las que inicialmente no somos conscientes, como el glaucoma, pero que provocan una pérdida irreversible de la visión.

¿Cada cuanto tiempo?

La frecuencia de las revisiones depende de diversos factores como la edad, la profesión, el tipo de anomalía visual, etc. Pero para hacernos una idea, lo más común suele ser:
– Primer examen visual: a los 5 años de edad.
– Entre los 20 y los 40 años: cada 2 años.
– A partir de los 40 años: 1 vez al año.

PISTA DE OTRAS ENFERMEDADES
La utilidad de las revisiones oculares no se detiene ahí: los ojos son las ventanas a otras partes del cuerpo, por lo que muchas enfermedades se manifiestan a través de los ojos. Por ejemplo, la hipertensión puede manifestarse en los vasos sanguíneos de la parte posterior del ojo, la diabetes daña las estructuras oculares y algunos tumores cerebrales pueden crear puntos ciegos, detectables en un examen de campo visual. El óptico optometrista es capaz de detectar los signos tempranos de esas enfermedades y recomendar al paciente que acuda al especialista.

El óptico optometrista te recomendará la mejor solución óptica para compensar tus defectos visuales.

*Consejos de la Fundación Salud Visual.